Pirata del Montoro

miércoles, 29 de agosto de 2012

Porque está ahí... y por algo más



El pasado fin de semana tocaba salida con mi grupo de senderismo y bici de montaña. El grupo se llama "Bota y Pedal", en un juego de palabras alusivas a la bota (de andar), al pedal (de la bici), a la bota de vino, (que casi todos tenemos) y al pedal (consecuencia lógica de la bota de vino).
Pero esta vez la excursión tenía también un componente sentimental. Subimos a Peñacorada, monte cercano a Cistierna, en la montaña oriental leonesa, al que solía subir el padre de uno de los fundadores del grupo.
Este hombre, que estuvo subiendo este monte hasta muy poco tiempo antes de su fallecimiento, tenía una curiosa costumbre: dejaba enterrada en una oquedad de la cima una botella de vino, que él o sus amigos que conocían la costumbre, bebían cada vez que subían dejando en su lugar una nueva botella llena.
Durante la pasada primavera sus hijos, Roberto e Irene, acompañados de su cónyuges, cumplieron con la dolorosa misión de subir a un monte cubierto todavía por la nieve, para esparcir en la cima las cenizas de su padre. Por desgracia el espesor de la nieve les impidio llevar a cabo el ritual del beber y sustituir la botella de vino.
Por eso un buen número de "botapedaleros" les acompañamos para completar la tarea inconclusa, y en la cima de Peñacorada, y ante las cenizas todavía visibles del abuelo Mario, brindamos en su memoria con el vino que él había dejado en su última excursión, reemplazándola por un buen reserva denominación de origen "La Mancha", que tuve el honor de aportar y subir hasta la cumbre.
Vaya también esta entrada del blog en memoria del abuelo Mario, "El Marqués de Redimora", un hombre bueno.

viernes, 27 de abril de 2012

Un blog para mí solito... ¡Qué bien!

En este mundillo de la "sociedad de la información" lo que mola de un blog es que tenga muchos seguidores.
Yo tengo muy pocos, mayormente porque apenas escribo algo de tarde en tarde, así que puede decirse que tengo este blog para mi autoconsumo; de vez en cuando releo antiguas entradas y alguna colaboración en los arranques, que se fueron luego diluyendo por mi inconstancia.
En cualquier caso me apetece mantenerlo, porque así, muy de vez en cuando, puedo escribir y conservar aquí alguna que otra ocurrencia, o un pequeño poema.
Ahora, con la vista puesta en mi nuevo proyecto, cual es comenzar el próximo curso el Grado de Derecho (ya veremos lo que dura), me apetecía entrar en mi blog y dejar constancia por escrito. Así al menos recordaré este momento en el futuro, aunque la empresa no llegue a buen término.

Cuando te apriete la vida
y el viento sople de frente,
sírvete de la ceñida
como marino eficiente.

 

domingo, 29 de mayo de 2011

Venimos del Voto....aunque no estuvimos.





El domingo 29 de mayo se celebró en Mestanza la Romería en honor de su patrona, Nuestra Señora de la Antigua, Romería que es conocida por los mestanceños como "El Voto".
Al igual que nos ocurrió con la Romería de la Virgen de las Minas de Diógenes, circunstancias de fuerza mayor nos impidieron asistir. Para poner remedio a tanto deseo incumplido, decidimos celebrarlo a la manera de nuestro pueblo, aunque fuera en la distancia.
Así que Pili, cocinera de primer nivel y gran experta en platos típicos y tradicionales de Mestanza, se puso manos a la obra y nos preparó un menú a base de tortillas, pimientos fritos, chorizos... y como plato principal la caldereta de cordero que se come desde siempre en la Romería.
Invitamos a nuestros amigos y vecinos, nos instalamos en el patio de casa, y aunque la sombra no era de encina, sino de abetos, madroños, acacias y otros árboles propios de la sierra madrileña, celebramos a nuestra forma y presididos por una imagen de nuestra Patrona, una de las fiestas más antiguas y típicas de la comarca.
Por supuesto, la fiesta se prolongó hasta bien entrada la tarde, y, para que se cumpliesen todas las tradiciones, a última hora tuvimos que resguardarnos en los soportales de la casa, porque comenzó a chispear.
Lástima que no pudiésemos presenciar la entrada de la Virgen al pueblo y el cambio de las andas de campo a las de gala, con sus luces y su campanillas.
Eso sí, terminamos cantando "Venimos del voto con gran devoción..."

jueves, 15 de julio de 2010

EL REFUGIO DEL PIRATA


Es de todos sabido que el hábitat natural de un pirata es su velero. Que solamente escuchando los crujidos de sus cuadernas y el susurro del viento en las velas, y acunado por su balanceo, concilia un sueño completo y reparador.


Pero ¡ay, amigos! ¿Os habéis parado a pensar qué ocurre cuando el navío (o su capitán) se caen a pedazos de puro viejo; cuando los embates de la mar superan la resistencia de su carcomido esqueleto?


En efecto, en ese momento hay que buscar un lugar bien resguardado, a salvo de las marejadas, de los cañones enemigos y hasta de los motines de la propia tripulación.


Un lugar donde amarrarse con toda la fuerza posible y esperar a que el tiempo y la intemperie se ocupen, poco a poco del desguace y el hundimiento final.


Vaya por delante que aún me siento con fuerzas para afrontar cualquier tempestad, para surcar los mares que sean preciso, abordar todo buque enemigo que se ponga a mi alcance, recalar en muchos puertos y asaltar cuantas plazas fueran menester.


Pero, para cuando me llegue ese momento inevitable, en que las podridas jarcias ya no puedan siquiera sujetar el velamen mil veces recosido, nos hemos preparado ese lugar, cerquita del Montoro de mis aventuras de infancia y adolescencia. Aquí nos encontraréis y aquí podréis abarloaros a nuestro costado cuantas veces lo deseéis.

domingo, 16 de mayo de 2010

FLOREAL, 100 AÑOS EN TRES FOLIOS

Me permito la libertad de traer a este blog un relato realizado por Raquel Gómez Castellanos, Concejal del Excmo Ayuntamiento de Puertollano y que ha sido premiado en el certamen "Tu Historia es nuestra Historia" organizado por la Fundación Jaime Vera. Este relato es un homenaje a su padre, nuestro querido y entrañable amigo "el Francés".

La primera vez que entré en la sede del Partido Socialista de mi ciudad, era solo una niña de 14 años, pero no de los de ahora, sino de los de 1984. ¿Por qué decide una niña de 14 años militar en juventudes Socialistas? Tal vez por la imagen en mi memoria de mis padres unos años antes en un mitin. Me recuerdo en aquella amplia explanada abarrotada de gente, subida en un remolque desde el que podía contemplar sus rostros. Desde mi inocencia, no lograba entender el motivo de de su alborozo, ni siquiera que hacían todos allí solo para oír hablar a un hombre. Pero si noté, a pesar de mi corta edad, una ilusión especial en aquellos que le escuchaban; era como si por primera vez en la vida creyeran en el futuro que podía estarse abriendo allí mismo, justo delante de ellos, y eso, con cinco hijos, se convertía en la esperanza de que el mañana fuera nuestro y solo nuestro.

En octubre de 1982 ese hombre se convirtió en presidente del gobierno.

Veinte años después de afiliarme, en octubre de 2004, un Puertollano socialista, una Castilla La Mancha socialista, y por fin, otra vez después de ocho años, una España socialista, veían nacer a Pablo; no hace falta diga a quien debe su nombre y si alguien lo duda aún, dejará de hacerlo al final de mi relato. Desde mi vientre, vivió el nerviosismo de dos elecciones en el colegio electoral, las generales con tres meses de gestación y las europeas con seis; campañas electorales, mítines ¿cómo no iba a llamarse Pablo, si ha mamado de quien siempre mamó socialismo? Sólo me arrepiento de una cosa, no haberme mantenido firme en mi decisión de llamarle Pablo Floreal, qué si parece nombre de culebrón, qué si es una horterada, total, que se quedó con Pablo.

Floreal, que es el octavo mes del calendario republicano francés, es el nombre que en 1933 en Francia, donde tuvieron que emigrar durante la dictadura de Primo de Rivera, mi abuelo le puso a su hijo, que había quedado huérfano de madre en el mismo parto, y el nombre que llevó hasta los 19 años, cuando ya en España, la dictadura y el Juez Abundancia, decidieron que no era un nombre adecuado al Régimen (les parecía un símbolo “rojo”), y se lo cambiaron por el que más se parecía, pero que no era el suyo, Florián, que es como desde entonces se ha llamado mi padre.

Él es el primero en quien pensé cruzando la puerta de entrada de la casa del pueblo en 1984, en su complicada vida, en la pérdida de su madre sin siquiera conocerla, en su traslado a un país desconocido para él, en el que se hablaba un idioma que tantas veces había oído en su casa, pero que no era el que mejor conocía, en cómo todo lo que aconteció en su vida influyó firmemente en sus arraigados ideales socialistas, empezando por aquello que su padre intentó transmitirle a través de su nombre y que quisieron arrebatarle sin éxito: aunque rece Florián en su carné, será Floreal para siempre.

Volver por fin a su país de origen, al de sus padres, para sufrir persecuciones sin sentido, hambre, miseria, hizo que Floreal, con 19 años, quisiera volver a Francia, aunque no pudo conseguirlo, fue arrestado en la frontera y encerrado en una cárcel, como si querer sobrevivir fuera un delito y no una desgracia. No era la primera vez, ya había sido encarcelado unos años antes en la Casa de Baños de Puertollano por robar para comer; para entonces ya estaba solo con sus tres hermanos.

En 1947, la desesperación por no poder sacar adelante a los suyos, la enfermedad que le impedía y le convertía en una carga, hicieron que mi abuelo, aferrándose al corazón de sus hijos, al recuerdo de los que ya le arrebató la vida, y a la firme idea de que seguirían adelante sin el, encontrase el valor para encañonarse con una escopeta, y con un solo movimiento de uno de sus dedos, acabar de golpe con todo el sufrimiento de su vida: la muerte de dos de sus hijos, de su mujer, el hambre, el dolor, la pena, la gran pena de una vida en la que nunca tuvo siquiera la esperanza de que alguien pudiera cambiar su destino, como en aquel mitin de mi recuerdo.

Mi abuelo fue enterrado en el cementerio de Puertollano, pero no en la parte cristiana, había desafiado las leyes de Dios adelantando lo que tarde o temprano habría hecho la tuberculosis. Creemos que el destino y la hipocresía de la religión hicieron que acabase enterrado en la tumba común donde fueron a parar años después los restos de los compañeros fusilados al final de la guerra en nuestra ciudad, con el resto de los enterrados en el cementerio no cristiano. Por eso, cuando cada 13 de junio, aniversario del fusilamiento, acudo con mis compañeros de partido a depositar una corona de flores en esa tumba, no puedo evitar pensar en el abuelo Manuel, en Floreal y en porque fue siempre un socialista convencido, y en mi misma a mis cuarenta años y con veintiséis de militancia a mis espaldas, ¡es toda una vida! Pienso en Pablo y en el esfuerzo y sufrimiento de tanta gente para que él hoy pueda pensar, decidir y vivir en un mundo que no deja de ser complicado, pero que le ofrece todo lo que ellos no tuvieron.

En mi mente, la niña tímida de 14 años vuelve a entrar una y otra vez por aquella puerta, bajo unas siglas que formarían parte de mi vida con tal rotundidad que ya no concebiría vivir sin ellas. El sufrimiento de Manuel no es en balde, y de algún modo siento que Floreal recupera su nombre.

En 1904, justo 100 años antes del nacimiento de mi hijo, Manuel cumplía 5 años, los que hace unos días ha cumplido Pablo, y esto me hace recordar la última frase de mi libro favorito que dice: “porque las estirpes condenadas a vivir cien años de soledad, nunca tendrán un segunda oportunidad sobre la tierra” y que a mí hoy se me antoja de esta manera: porque las estirpes que han vivido cien años de socialismo, siempre tendrán una segunda oportunidad sobre la tierra y yo espero que Pablo sea capaz de aprovecharla.

Raquel Gómez Castellanos

Nota: Esta entrada también será publicada en el blog "Por Pasar el Rato", de Manolo Castaño.


domingo, 15 de noviembre de 2009

La paz es el camino


La orilla Blanca, la orilla negra

. . .

- "He de hacer un alto mi capitán"

- "Sí, que estoy cansado, no puedo más"

- "Alerta cúbrase, al terraplén"

- "Alerta estoy mas cúbrete tú también.

Di, soldado de dónde eres tú"

- "Del país vecino que hay más al sur.

Y por el río pasa la frontera,

la orilla blanca, la orilla negra.

Y sobre el puente veo una bandera,

mas no es la misma que está en mi corazón".

- "De los míos creo no debes ser"

- "Por mi uniforme lo puede ver"

- "No sé, si mis ojos ya están sin luz;

me han herido y tal vez fuiste tú"

- "Triste es el destino, mi capitán,

mientras haya guerras no cambiará ...

y en la colina silba la metralla

la hierba verde está quemada,

y por el río sigue la batalla

nosotros dos ya llegamos al final ...

Tengo que marcharme mi capitán"

- "Voy contigo, no me querrás dejar"

- "No te abandonaré, lo sabes ya,

vivamos juntos para la eternidad ...

Todo ha pasado, hay paz en la frontera,

la orilla blanca, la orilla negra,

pero hay quien llora y se desespera,

gritando un nombre que no responderá ...

- "He de hacer un alto mi capitán..."

jueves, 12 de noviembre de 2009

EL SOLDADO ESPAÑOL




Entre el abundante material que recibo a diario en mi correo electrónico, me ha llegado este soneto. No figuraba el nombre del autor, pero gracias a esto de los internetes he averiguado que fue escrito por el poeta cordobés Antonio Fernández Grilo (1845-1906), del que confieso humildemente no había oído hablar en mi vida.


He querido traerlo aquí, como homenaje a todos los que, dentro y fuera de nuestras fronteras, arriesgan su vida a diario en el cumplimiento de su deber.


EL SOLDADO ESPAÑOL


Curtido por la pólvora que humea,
noble con el amigo y el contrario,
audaz hasta emprender lo temerario,
y más valiente cuanto más pelea.


En rústica mochila que blanquea
lleva su pan, su equipo y su salario,
y al cuello, en el bendito escapulario,
el culto de la Virgen de su aldea.


Semejante al pedazo de metralla
que el cañón a los aires abandona,
sucumbirá ignorado en la batalla;


pero si el triunfo su valor pregona,
para el que lucha, y sufre, y vence y calla...
¿no ha de tener la patria una corona
?

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